martes, 8 de mayo de 2012

Finísimo Trago: Whisky Old Fashioned

 
 

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via Finísima Persona by Finísima Persona on 5/1/12

¿Moves like Jagger? Los maricones de Maroon 5 debieron componer 'Drinks like Draper'...

La quinta temporada de Mad Men está a todo lo que da, entre conflictos en Vietnam, disturbios raciales, viajes de LSD y turbopompis francocanadienses que cantan Zou Bisou Bisou. ¿Y qué mejor forma de disfrutar esta serie que con el cóctel preferido del idolazo Don Draper? Finísimos y Finísimas: he aquí el refrescante, sofisticado y súbitamente cool Whisky Old Fashioned.

Fuentes fidedignas (bueno, Wikipedia) afirma que el Whisky Old Fashioned es uno de los primero cocteles concebidos por el alcohólico con inventiva, lo que lo hace mucho más viejo que la mayoría de los chistes de este blog. No importa, lo viejo puede ser maravilloso: Bugattis… discos de vinil… Raquel Welch… en fin, hay clásicos que no merecen pasar de moda, así que es hora de que te familiarices con uno.

Hay tantas recetas y variaciones del venerable Old Fashioned como gentuza en tu árbol genealógico, pero aquí me basaré en una de las más clásicas. Y en el hecho de que usé los ingredientes que tenía a la mano cuando se me antojó un sudadito vaso de esta grata libación, pues no iba a ir al supermercado a gastar el dinero tan sólo por educarles, banda de ignaros.

WHISKY OLD FASHIONED: LOS INGREDIENTES

  • 2 oz de Bourbon
  • 2 chorretes* de bitters o algún otro licor amargo
  • Una salpicada** de agua
  • Una cucharadita de azúcar
  • Una cereza Maraschino
  • Una rebanada de naranja

* El chorrete no es una medida exacta ni oficial.

** La salpicada tampoco.

PREPARACIÓN

Comienza procurando un vaso Old Fashioned. "¿Cómo es un vaso Old Fashioned?" preguntarán ustedes con sus carotas de poseer sólo vasos promocionales adquiridos al juntar taparroscas refresqueras. Simple, es un vaso de perfil bajo que… miren, mejor lo explico con un ejemplo. ¿Han visto la prodigiosa serie de HBO Game of Thrones? Es como Lord of The Rings pero con muchas pingas y chichis. En fin, Ser Gregor Clegane, conocido como The Mountain, sería un vaso jaibolero…

Mientras que el diminuto Tyrion The Imp Lannister sería un vaso Old Fashioned…

Tyrion está casi a un paso de ser un caballito tequilero o uno de los que sirven con shots en las cantinas del Viejo Oeste, de hecho… en fin, ya entendieron. Aquí está mi vaso Old Fashioned. Y mi mano, toda llena de dedos.

También tenía a la mano un Jack Daniels que quién sabe cómo llegó a mi cava (¡Gracias, Mr. Netas y Mrs. Netas!). El sureñísimo Bourbon es tradicional, pero también puedes hacerlo con Rye (whisky de centeno, muy común en Canadá) o cualquier otro Güisquito semidecente. No, no con Passport. En serio, quiérete un poco.

Ahora bien, el Old Fashioned requiere de un toque amargo y herbal, como tu tía solterona que vivió en una comuna hippie a principios de los 70′s. El tradicional es un bitters (bíters, en castizo) llamado Amargo de Angostura, pero yo perdí mi botella cuando Natush quiso fabricarse un perfume con él, así que eché mano de esta botella de Fernet medio naquita. Soy un hombre de recursos.

Teniendo estos dos elementos (whisky y licor amargo) ya estás del otro lado, pues muy probable que el resto de los ingredientes ya residan en tu alacena. Estoy hablando de cosas tan simples como…

Una naranja. Yo coseché la mia del huerto de la palaciega mansión Sempere (casa de mis papás), pero si ustedes no saben dónde y cómo procurar la suya no deberían estar leyendo este blog, sino intentando meter un tenedor al tomacorriente mientras se comen los mocos.

Cerezas Maraschino, que no sé si se escriben con mayúscula, pero que yo distingo así por el inmenso respeto que hay que tener a estas delicias de color rojo intenso. Tengo la teoría de que los besos de Scarlett Johansson saben a cereza Maraschino, de hecho. Tengo problemas, de hecho.

Azúcar. El color es lo de menos, la vas a disolver en líquido. Yo usé azúcar mascabado, porque es divertido decir la palabra "mascabado". Haz la prueba, anda.

Un par de hielitos. Un hombre de verdad puede sostenerlos en su mano mientras toma la foto sin hacer gestos por el intenso dolor del frío. Yo casi lo logré. Bueno, a mezclar se ha dicho, como dijo Tiesto.

Coloca la rodaja de naranja, el azúcar, un chorrito de agua (hay agua en tu casa, ¿cierto, pinchi pobre?) y el bitters, comienza a machacar con el reverso de la cuchara.

La idea es que el azúcar se disuelva, y que el zumo y los aceites del cítrico vayan transformando tu bebida en algo especial. ¿Cocteles de licuadora? Eso es para nenas. Un hombre de verdad machaca los ingredientes, punto. Si Hulk bebiera cocteles, es probable que apreciaría el proceso de preparar uno de estos.

Notarás que el Old Fashioned que yo preparé salió de un color muy oscuro. Esto se debe al Fernet, que tiene un color como de pipí de Sauron. Si hubiera usado Angostura, el tono hubiera sido más bronceado. El Campari lo hace rojito, y así sucesivamente según el licor herbal que hayas elegido. Aunque hay que reconocer que una bebida oscurona te hace sentir más malote. Soy darkssss…

Y bueno, no se te debe olvidar el Bourbon. ¿Cuál es el punto de beber si no vas a embrutecerte, digo yo?

Venga la cereza. Hay quienes opinan que añadir este dulzón fruto es poco masculino. Yo digo que es para templar el tremendo machismo que destila esta ruda bebida. Si no le pones la cereza a tu Old Fashioned, es probable que generes una cantidad descomunal de testosterona que te orillará a liarte a golpes con choferes de microbús sin provocación alguna. La cereza mitiga la agresividad.

Sí, es perfectamente válido chutarse una cereza sola. Vive un poco.

Este es el momento de afinar tu mescolanza. ¿Quedó demasiado amarga? Un chorrito del jarabe de la cereza basta para darle el toque exacto.

¿Y si le falta un poco de acidez? Exprímele unas gotitas más de naranja, o de limón de cáscara amarilla. Se vale.

O de plano pónle más alcohol. Esa suele ser mi solución a cualquier problema.

¡Listo! Un Whisky Old Fashioned como Don Draper manda. Un anacronismo de la ebriedad. Un dinosaurio de la coctelería. Un guiño al pasado en forma de caricia agreste para tu garganta.

Degústalo con un dedito levantado, en señal de refinamiento. Y repite la dosis cuantas veces sea necesario… Y si todo falla, ¡improvisa! Así es como Don conoció a Conrad Hilton, después de todo. ¡Salud!



 
 

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