sábado, 8 de diciembre de 2012

Juanelo Riviú: Doramas Coreanos

 
 

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via El Show de Juanelo by Juanelo on 12/8/12

¿Sabían que hay dos Coreas? … una está al norte y la otra al sur. La del sur fabrica principalmente teléfonos, teleseries y grupos de pop con más integrantes que un equipo de fútbol. La del norte se especializa en fabricar misiles, noticias falsas y hambre. Yo de esto me enteré recién. Claro que también me enteré recién que Asia no era la capital de China.

Es que estaba viendo un programa súper original de televisión en que los animadores bailaban el Gagnam Style, cuando se me ocurrió preguntarle a mi vecino (veo tele en la casa del vecino porque tiene cable premium) que qué diablos estaba cantando el chino. Él me respondió "No sé, pero es coreano, no chino. ¡Y por favor deje de venir a mi casa!"

Entonces yo, como hombre culto que soy, me puse a investigar sobre Corea. (Ok, en realidad mandé al asistente a investigar, pero hace buenos reportes). Y así me volví el máximo experto mundial en coreanos.

Luego de eso, decidí compartir mi conocimiento con ustedes, pobres ignorantes, haciendo un riviú de los misiles norcoreanos, pero resulta que no los venden, así que me tuve que conformar con hablar de las teleseries del sur, que sí se venden (pirata) y se llaman "doramas coreanos".

DORAMA STYLE

Lo primero que hay que saber sobre los doramas coreanos, es que son todos un remake del dorama anterior. O sea, los coreanos van haciendo la misma teleserie una y otra vez. Pa' que vean lo que es producción en masa.

Lo otro que hay que saber, es que en todas las teleseries actúa siempre el mismo actor. De hecho, diría que todos los papeles masculinos son hechos por el mismo actor, lo cual es un poco confuso.

Lo bueno de esto es que les puedo contar de qué se tratan TODOS los doramas coreanos de una sola vez y eso es precisamente lo que haré después del corte. Hagan click para seguir leyendo.

1) PERSONAJES

1.1) El dúo protagónico (la pobretona y el ricachón):

- Ella es una chica buena, honesta, trabajadora y pobre, pero con mucha personalidad. Usa chasquilla, pelo corto y ropa sencilla. Le llamaremos "CHI-WA". Chi-wa tiene trabajos de medio tiempo, vive en un cerro a la mierda y generalmente tiene un hermano tonto al que cuida o un papá borracho e inútil. Su mamá murió al nacer ella (pero igual la extraña y le habla a su foto). Si la mamá es la que está viva, entonces la veterana es súper esforzada y el papá está muerto. O ambos están muertos. Imposible que tenga ambos padres vivos porque, aparentemente, el matrimonio es fatal en Corea. Bueno, en todos lados, en realidad…

- Él es alto, casi un metro setenta (son asiáticos), atractivo a pesar del corte de pelo de playmobil, obscenamente millonario y no siente ninguna vergüenza en demostrarlo. En serio, si creen que acá los ricos son cara de raja, hay que ver allá. Si el compadre no tiene un closet del tamaño de gimnasio, se siente desnudo. Un progre cae con epilepsia a los 5 segundos de teleserie, porque allá la palabra "desigualdad" está en el escudo nacional. La cosa es que el mocoso con pelo de playmobil recién cambió la voz pero ya es presidente de la compañía de su familia (siempre es un hotel de lujo o un restorán), donde su trabajo consiste en pasearse con ropa de diseñador mientras todos los empleados hombre hacen reverencias y las mujeres se desmayan ante su sex-appeal (literalmente) y sentarse en una oficina ultramoderna impecable a firmar casualmente un papel y tener "reuniones" donde dice "mejoren la calidad" y todos lo alaban porque es un genio. Ocasionalmente, en lugar de ser un genio, es un playboy -pero con mucho potencial- que se niega a asumir su rol como presidente de la compañía. En cualquier caso, es un déspota, cretino y arrogante que jamás ha oído hablar de modales y tiene nulo interés en las mujeres (Lo que sumado a su ropa escotada y su gusto por la joyería empieza a crear un patrón sospechoso…). Le llamaremos "WE-ON".

1.2) El dúo secundario (la mala y el sufridor):

- Ella es alta (1,60), perfecta, usa minifalda hasta para esquiar y tiene cabello largo y ondulado que ya se lo envidiaría cualquier comercial de Sedal. Es elegante y rica y tiene sólo una debilidad: está total y perdidamente enamorada del pelotudo cabeza de playmobil de We-on. De hecho, al comenzar la teleserie ya es su novia (o reaparece repentinamente como un amor del pasado que ha vuelto a buscar al hombre que dejó escapar). Lo raro es que aunque están juntos y hablan mucho de amarse, nunca atracan y no se ha visto en toda la historia de los doramas que el cotonete humano le dé un agarrón a la maniquí. De hecho, su relación tiene menos pasión que tango de geriátrico y todo el brillo de un zapato de jornalero, pero ella no se da cuenta y está dispuesta a todo para evitar que le arrebaten a su galán, que ella llama "¡Oppaaaaa!" cada dos segundos. Llamémosle "YE-WA".

- Él es perfecto. O sea, si el otro tipo era mino y millonario, pero un gil, éste es igual de mino, igual de millonario, pero más encima honesto, caballeroso, generoso, bueno pa' la pelota y hasta los peos le salen ricos. O sea, el all-around full-de-ases de los príncipes azules. Un Juanelo cualquiera. Y al igual que el pelmazo, él también hace que las mujeres se desmayen a su paso, pero tampoco pesca. Le llamaremos "WA-CHON". Desgraciadamente para wa-chon, todos sus méritos serán insuficientes para quedarse con la chica de sus sueños y estará destinado a sufrir toda la teleserie, quedando condenado a buscar consuelo en su harén de asiáticas cachondas (esto no ocurre en el dorama, pero por ahí hay unas porno bien buenas con el spin-off).

dorama

Foto: De izq. a der: Ye-gua, Wa-chon, Chi-wa y We-on

1.3) Los otros

Aparte de los cuatro protagónicos está el séquito de secundarios:

- Como ya dije, están los parientes de Chi-wa que son todos pobres e inútiles y le causan puros problemas.

- La amiga de Chi-wa que siempre anda con ella y generalmente cae rendida a los pies de Wa-chón, sin que él siquiera la note, a pesar que está bien buena. Es el personaje más intrascendente, lejos.

- Los padres de We-on que son muy estrictos y quieren que se case con una niña rica (a menos que estén muertos, porque en serio, es peligroso casarse allá aunque seas rico. En ese caso, el rol lo asume un abuelo o abuela).

- El asistente o amigo noble pero pelotudo de We-ón, que hace las veces de perrito faldero y le anda contando chismes todo el tiempo. Es el personaje cómico.

- Los pretendientes de los personajes secundarios y terciarios, porque esto es como una fila india de pretendientes, en que nadie se percata que tiene a alguien detrás.

- La peluca del protagonista. ¡Te digo, el pelo de estos tipos debe ser alguna especie de mascota muerta!

2. LA TRAMA

Ok, la cosa va más o menos así:

El dorama parte con We-ón en el aeropuerto llegando desde Estados Unidos (SIEMPRE es Estados Unidos) donde tuvo un exitoso paso por el MIT o alguna súper-universidad, de donde llegó hablando perfecto inglés, que aprovecha de practicar con alguna gringa perdida (en realidad no se le entiende ni jota, pero la gringa queda fascinada). Se sube a su limusina y parte a ver a su papa, mamá o abuelo, quién lo regaña por haber estado ausente tanto tiempo y por ser tan arrogante (así dicen "te quiero" allá) y lo pone a trabajar en un cargo chico, pa' que parta desde abajo. O sea, de gerente general de un hotel de cuatro estrellas no más.

Por mientras, Chi-wa se saca la mugre trabajando de mesera, limpia pisos, repartidora y cuanto trabajo sacrificado-pero-honesto-y-adorable hay. Llega cansada a su casa en la punta del Everest a cocinarle a su familiar-cacho y luego le habla a la foto de su progenitor muerto para contarle sus sueños imposibles.

Hay un 50% de probabilidades que Chi-wa, por algún motivo sumamente estúpido, decida que debe disfrazarse de hombre para acceder al trabajo o escuela en que quiere estar. En este caso, todo lo que sigue a continuación será con Chi-wa disfrazada de hombre.

Foto: Encuentra al travesti.

El primer encuentro entre Chi-wa y We-on es siempre accidental, donde la torpeza y falta de clase de ella le saca ronchas a él, que la insulta despectivamente, a lo que ella le responde que qué-te-creís-voh-cuico-culia'o-que-no-hay-trabajado-un-peso-a-nadie y finalmente se produce un escándalo de proporciones bíblicas donde normalmente sale perdiendo él. No es raro que si ella ha bebido, termine vomitándole encima.

El segundo encuentro normalmente es de tipo profesional -por ejemplo, ella pide trabajo y él la recibe para la entrevista y ambos se quedan de piedra cuando se reconocen- o producto de algún malentendido -ella se hizo pasar por su novia para entrar a algún lugar y terminó siendo presentada a toda la familia como tal-. En cualquier caso, ambos terminan trabajando o viviendo juntos por razones tan sólidas como "Te odio pero nadie hace la cama como tú así que tienes que vivir conmigo" -"Pucha, no quiero, pero bueno ya".

Entonces Chi-wa se muda a la casa o colegio internado de We-on, que es como el palacio de Versalles, pero sin tanto recato, y que parece que también sirve de showroom de tienda de diseño, porque todo es moderno, perfecto y de buen gusto y pareciera que Mr. Músculo trabaja de planta ahí, porque hasta la alfombra brilla. La cosa es que Chi-wa queda fascinada por todo lo que los ricos tienen y se da cuenta que en verdad ser pobre es como el lolly y se entrega sin remordimientos a disfrutar de sus nuevos lujos, aunque siempre manteniendo la dignidad. Por mientras, We-on se dedica a hacerle la vida imposible.

Después de eso son puros encontrones y accidentes chistosos entre los dos protagonistas, con el ocasional encuentro accidental mientras uno se ducha (si ella está disfrazada de hombre, se salva por un pelo que la descubran) y uno que otro momento sentimental en que él muestra su lado sensible o ella su lado vulnerable y se empiezan a caer no tan mal.

A estas alturas, Ye-Gua está a full tratando de llevar al pelotudo al altar, con indirectas como "¿Acepta usted a esta mujer?", pero él no se da por enterado y parece más entretenido en pelear con Chi-wa que en hacer añuñucos con ella, lo que la lleva a declararle la guerra a la rotita.

Por mientras, Wa-chon ha tenido varios encuentros amistosos con Chi-wa (si está disfrazada de hombre, él ya se dio cuenta que es mujer, pero no le ha dicho) y la ha rescatado en varias ocasiones de situaciones complicadas, casi siempre generadas por We-on. Él la lleva a comer, la recoge en auto, la consuela, aporrea él solo a una pandilla de 10 delincuentes que le dijo "fea", le muestra los pectorales por accidente cuando su camisa estalla ante la presión de su musculatura y poco a poco se va enamorando perdidamente de Chi-wa, rechazando incluso a su respectiva novia o pretendiente perfecta, pero Chi-wa ni se entera, porque lo tiene totalmente friend-zoned.

Esta la parte más entretenida del dorama porque está todo pasando, hay tensión sexual, hay harto humor y pareciera que todo puede pasar (aunque al final siempre ocurre lo mismo).

Pero luego la cosa guatea porque de a poco Chi-wa se va dando cuenta que le gusta We-on (al principio no entiende qué le pasa y busca explicaciones para su repentino dolor de alma como "parece que tengo un peo atravesado" y se pone una curita en el pecho para arreglarlo… No es una lumbrera, la niña) pero finalmente termina cayendo en cuenta que, como toda mujer, se enamoró del imbécil en lugar del tipo perfecto. Y simultáneamente We-on empieza a ser más humilde y se da cuenta que ha sido un tarado con ella y empieza a tratar de ayudarla, pero como tiene menos tacto que una prótesis, deja puras cagadas igual. Onda, en un arranque de cariño le pasa un turro de billetes a Chi-wa y le dice "Tómalo, perra". Por algún motivo no le resulta la jugada.

Entonces los dos empiezan a andar con cara larga porque están sufriendo y no logran entender qué le pasa al otro que anda tan raro y lo mismo pasa con Wa-chon que no logra confesar sus sentimientos (incluso reservó un restorán entero y lo decoró a mano con globos de corazón y flores, para declararse, pero ella lo dejó plantado) y con Ye-wa, que cree que la mejor manera de recuperar a su novio es volverse totalmente pegote e insoportable y reprocharle todo con una sonrisa triste. Hot.

Así, por varios capítulos el dorama se transforma en cuadrángulo amoroso de llorones que andan todo el día deprimidos y que se citan unos a otros en el punto más alejado posible, sólo para decirse dos palabras intrascendentes (porque nadie puede decirse las cosas por teléfono, aunque tengan celulares del mismo proveedor de James Bond). A todo esto, aunque la teleserie no puede ser más materialista, las marcas de autos y productos siempre están tapadas con cinta de embalaje. Y si alguien no quiere responder el teléfono, le saca la batería. En Corea es de mala educación usar el botón "off".

Y bueno, finalmente We-ón empieza a atinar y hasta salva a la niña un día que ella decidió cruzar la calle justo en frente de un camión con los frenos cortados y él se lanzó a la calle y la abrazó en lugar de empujarla, porque si va a morir, que al menos muera agarrando. Pero igual se salvan y él aprovecha de demostrarle su amor regañándola un rato por torpe. Y en otra ocasión él la tiene que llevar en la espalda, que allá es casi como tener sexo, porque ella se emborrachó o lesionó. Y de ahí son puros toqueteos casuales, abrazos forzados y hasta uno que otro beso accidental, pero sin lengua, porque los coreanos se dan besitos de pato nomás. Por aquí, si Chi-wa está disfrazada de hombre, la cosa empieza a ponerse muy rara, porque We-on empieza a sentirse perturbadoramente atraído hacia alguien del mismo sexo.

Hasta que ambos están que cortan las huinchas y finalmente no resisten más y se trenzan en un apasionado e incómodamente largo beso (de pato, también) mientras la cámara gira alrededor y los fuegos artificiales estallan a lo lejos. En el caso de que ella finja ser hombre, poco antes o poco después del gran beso, We-ón se entera del sexo real de ella y se ofende un rato, porque ya había encargado el set de ropas de Village People para su nueva identidad sexual, pero pronto se le pasa.

A partir de ahí es todo felicidad, pero de repente a ella se le cae el primer regalo que We-on le hizo (normalmente una de esas burbujitas con nieve) y estalla en mil pedazos, señal inequívoca de que algo malo va a pasar.

Por mientras, Wa-chon, en su nobleza, se da cuenta que perdió y de romántico que es, decide sacrificarse para dejarla ser feliz, mientras que Ye-wa hace un último intento de separarlos pidiendo a los papás de él que le arreglen un matrimonio a la fueza y revelando el verdadero origen (o sexo) de Chi-wa. Los padres quedan horrorizados, citan secretamente a Chi-wa, la echan de la casa y normalmente la madre le da un fajo de billetes para que no vuelva más, haciéndole ver que le va a joder la vida a su hijo porque lo pobre se pega. Y ella, que ya tiene asumido su rol de limpia-culos de la sociedad, acepta irse, pero no toma el dinero.

We-on se entera, termina por trigésima vez con Ye-wa (que aún no capta el mensaje), va a buscar a Chi-wa al aeropuerto (porque se va), le confiesa todos sus sentimientos, ella le dice que lo quiere pero no puede ser, él insiste, ella acepta. Otro beso.

Y de ahí se acaba la teleserie, pero le quedan como 6 capítulos de una hora, así que rellenan con cualquier cosa hasta que la familia de We-on acepta a Chi-wa y todos quedan bien con todos. "Fin".

Aparte de la comedia romántica, existe una variante dramática de los doramas, que son exactamente lo mismo, pero a la venezolana: con madrastras malvadas y cánceres y a veces hasta la muerte de Wa-chon dando la vida por Chi-wa, que no le da ni las gracias.

CONCLUSIÓN

Los doramas son teleseries entretenidas de ver, bastante más potables que las de acá, aunque van perdiendo brillo producto de la repetición. Lo mejor que tienen es que dejan clarito que ser pobre es malo y que los ricos siempre ganan, incluso en el amor. Sobretodo si eres un cretino. O sea, mi tipo de teleserie.

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